De Barakaldo surge este cuarteto de pop intimista y herculeo que no hace ascos a meter el dedo en la llaga de lo emocional: desgarros, desamores y locuras, todo bien empacado en un recio y engrasado soporte pop que se nutre y se dulcifica de unos currados arreglos de viento. Este trabajo es su segundo disco y sus intenciones son claras pese a las adversidades: comérselo todo.
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